Aparato ultra compacto de tan solo 28 gramos
ATQ pone a la venta un medidor de CO2 para combatir el coronavirus en espacios cerrados
El medidor de CO2 que ha desarrollado ATQ (comercializado bajo la marca ATQ Sanis) presenta un diseño compacto y reducido (47x58x23 mm con un peso de tan solo 28 gr). Se alimenta al conectarse al móvil y no requiere batería. Ofrece la información de la medición del aire directamente al móvil mediante Bluetooth al instalar una aplicación, disponible tanto para Android como para iOS. Su PVP es de 145,20 euros.
Tras el estallido de la pandemia, en primavera de 2020 la consultora química ATQ Quimyser decidió crear la división SaniMusic para desarrollar y comercializar productos que ayudaran a combatir la expansión del coronavirus. El primer producto SaniMusic fue una mascarilla extremadamente transpirable, diseñada específicamente para cantantes. Se puso a la venta en mayo de 2020, con un éxito arrollador entre los principales teatros europeos, especialmente entre cantantes de ópera.
Tras este primer lanzamiento, el Departamento de I+D de ATQ inició un nuevo proyecto para desarrollar un medidor de CO2, un producto especialmente efectivo para controlar el impacto del virus en espacios cerrados. Este tipo de aparatos ‘miden el aire respirado’, es decir indican la cantidad de CO2 exhalado en el ambiente, un dato que, además de alertar de la calidad del aire, sirve de indicador de las posibilidades de contagio que hay en dicho espacio.
A través de su departamento de I+D, ATQ inició el proceso de diseño y fabricación de su propio medidor de CO2, un producto que ya es obligatorio para la actividad de los negocios de hostelería de algunas comunidades autónomas, como por ejemplo Galicia. De hecho, la medición del CO2 en espacios públicos es una medida que ya está impuesta por ley, incluso antes de la pandemia, en países como Taiwán o Corea del Sur.
Además de la hostelería, hay múltiples sectores donde sería muy útil el uso de este tipo de medidores, como los centros educativos, las sucursales bancarias, las cadenas de alimentación, el sector cultural, los comercios y el ámbito empresarial, entre otros muchos.
Tecnología por infrarrojos
El medidor de CO2 que ha desarrollado ATQ (comercializado bajo la marca ATQ Sanis) presenta un diseño compacto y reducido. Ofrece la información de la medidicón del aire directamente al móvil mediante Bluetooth al instalar una aplicación, disponible tanto para Android como para iOS.
A diferencia de otros productos del mercado, la fiabilidad de este medidor es tá garantizada gracias a su tecnología de medición por infrarrojos.
De forma opcional, ATQ ofrece también un display para poder visualizar cómodamente y en tiempo real la calidad del aire de una determinada estancia.
Evitando la transmisión en espacios cerrados
“Hemos puesto en marcha la maquinaria de la innovación para encontrar una solución que evite la transmisión en lugares cerrados. Urge instalar con carácter general estos sensores en los lugares de acceso público como comercios, restauración y hoteles. Sobre todo en estos dos últimos, ya que son espacios que están sufriendo cierres y restricciones importantes debidas a la importancia de la ventilación por el alto riesgo que se da al permanecer más de una hora en ellos; y además las personas se quitan las mascarillas para comer y beber”, explica Pedro Rodríguez, presidente de ATQ, quien añade que estos aparatos también representan una solución ideal para los centros educativos. “Reducir las concentraciones de CO2 en el interior de las aulas favorece la atención y el rendimiento escolar, ya que la exposición a concentraciones de dióxido de carbono demasiado elevadas produce aletargamiento y falta de atención”, señala.
El peligro de la mala calidad del aire
Ya desde antes de la pandemia, se puso de manifiesto las consecuencias de respirar mucho CO2 de forma permanente: afecta al nivel cognitivo de las personas y puede producir mareos que desencadenen en situaciones de peligro.
Un ejemplo son los colegios, en ellos el nivel de CO2 debería estar por debajo de las 900 partes de CO2 por millón y según un estudio de HEAL antes de la COVID-19 casi ningún centro educativo lo cumple. El estudio refleja datos de 1.400 a más de 3.000, lo cual implica que el 5% del aire que respiran esos niños lo hacen por segunda vez. En España, legalmente esos espacios deberían estar por debajo de 900, siendo 700 la primera alerta y 800 la segunda y más urgente.
De hecho, existe una normativa europea que prevé sanciones a los negocios de hostelería que superen el nivel de 1.125 partes de CO2 por millón, una norma que -no obstante- apenas ha aplicado controles y sanciones desde que se implantó.
“En los últimos años se ha luchado mucho por limpiar el agua, pero la limpieza del aire casi nadie se había preocupado hasta ahora. Como consecuencia de la pandemia, ciudadanos y empresas tienen una mayor sensibilización sobre la calidad del aire y los medidores de CO2 son el mejor instrumento que tenemos para controlarlo”, concluye el presidente de ATQ.
Más info en www.sanis.es
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