Pedro Rodríguez, CEO de la consultora química ATQ QUIMYSER
«La legislación química se ha hecho sin tener en cuenta a las pequeñas empresas»
Desde su fundación en 1996, ATQ Quimyser se ha distinguido como una empresa asesora química emprendedora y comprometida que se fundamenta en ofrecer servicios plenos adapados a satisfacer cada necesidad. Se encarga de gestionar y dar servicios integrales a las necesidades del mercado de productos detergentes, biocidas, cosméticos y otros productos químicos industriales y de consumo. Un sector que evoluciona con rapidez y que asume y se adapta a los cambios constantemente.
ATQ inició su andadura en 1996, ¿Cuál fue la motivación para crear la empresa?
Las motivaciones principales fueron dos. La primera, el querer emprender y tener mi propia empresa sin tener que depender de nadie más que el cliente y el mercado. La idea de montar una asesoría me venía de experiencias similares que había visto en otros campos.
Además contaba con la experiencia de la empresa en la que había trabajado 12 años, en la que muchos pequeños fabricantes de productos químicos que no tenían un químico en plantilla, venían a buscar información. Venían a un fabricante grande como la empresa en la que yo trabajaba y querían comprar productos químicos semi elaborados, o saber si podríamos fabricarles algún producto intermedio, o ayuda con problemas de producción o de búsqueda de materias primas. Ví esa necesidad en el mercado, unida a los modelos que ya conocía y a mi inquietud por montar una empresa, y eso me decidió a crear ATQ hace 25 años.
¿Cuál era entonces el panorama del sector de las asesorías químicas?
La asesoría técnica en los 90 en España era un erial. Las únicas asesorías eran despachos de consultores como economistas, fiscales, laborales, abogados, arquitectos, que no eran asesores pero sí eran despachos técnicos. Lo nuestro fue entre ese despacho técnico del arquitecto y el despacho del consultor. Fue un negocio nuevo basado en una necesidad del mercado y conseguimos crear un modelo diferente distinto para hacernos un hueco en la industria química. Nos centramos en lo que conocíamos y éramos buenos, la detergencia y la desinfección, ampliado a tratamiento de aguas y transporte de mercancías peligrosas, y legislación química, es donde nos hemos desarrollado con bastante fortuna.
“Somos los mayores especialistas de Europa en Ecolabel. Hemos hecho más de 200 productos de todos los ámbitos con etiqueta ecológica europea”
¿Cuáles son los servicios más habituales que ofrecéis como asesoría química?
Podemos diferenciarlos en dos vertientes. Una vertiente es la de desarrollo de productos en nuestro laboratorio, siendo la única asesoría de nuestro sector que cuenta con ello, y en el que desarrollamos las peticiones de nuestros clientes, como un formulado para limpiar determinada suciedad, o cualquier otra solución que se nos presente. Y a partir de ahí, lo acompañamos de todos los requisitos legales que ese producto puede necesitar para estar en el mercado, desde la propia licencia de actividad de la empresa, el registro del producto, la inscripción en el registro necesario para poder comercializarlo o fabricarlo, hasta el etiquetado de acuerdo a la ley, la comunicación a las autoridades, etc. Todo ello en los campos de detergencia, cosmética y tratamiento de agua.
La otra gran vertiente es la legislación. Todo lo que tiene que ver con legislación química, detergente, mercancías peligrosas, almacenamiento de productos químicos, registro de biocidas, de cosméticos, de abonos, atendiendo a una legislación química que es amplísima y en la que ha aparecido una norma nueva cada 10 días durante los últimos 15 años. Algo que es una barbaridad, tal como hemos señalado desde la asociación Quimeltia, considerándola un arma de destrucción masiva de las pequeñas empresas del sector. Estamos para ayudar a esas pequeñas empresas.
¿Qué opinas de la normativa actual de fabricación y venta de productos químicos destinados a la limpieza profesional? ¿Hay algún aspecto que debería mejorar?
La legislación se ha hecho con la visión de defender al consumidor, y ahí tenemos que estar todos de acuerdo, pero no se ha tenido en cuenta a las pequeñas empresas. Aunque haya una representación suya en los comités de trabajo, no tienen fuerza a la hora de desarrollar esta legislación que se ha hecho teniendo en cuenta el dominio de las grandes empresas y adecuándose a sus necesidades. Son grandísimos lobbies que están en Bruselas que agrupan a las multinacionales que controlan el sector a través de la legislación, que para ellos es sencilla de cumplir, pero para los pequeños en ocasiones es casi imposible.
Sobre si falta algo que mejorar, falta esa visión del pequeño empresario y de la pequeña empresa en un país que ha decidido tener pequeñas empresas. Una visión que va a ahondarse después de las dos últimas crisis. Las grandes empresas siempre van a estar ahí, pero no es lo que quiere la población, que quiere el comercio cercano, la empresa cercana donde trabajar y no ser un número más de los grandes empleadores, y para ello la pequeña empresa necesita una protección que la legislación actual no le está dando. Cambiar esa legislación es muy complejo, pero se están dando pasos por los que nos gustaría que andara el sector. Esa es la gran asignatura pendiente.
“El asesoramiento más habitual a proveedores del sector limpieza es la elaboración de fichas de seguridad para los productos, revisión del etiquetado para que cumpla con los requisitos legales y registro ante el Ministerio de Sanidad”
¿Cuál es el asesoramiento más habitual para las empresas del sector limpieza?
El asesoramiento más habitual es la elaboración de fichas de seguridad para los productos, revisión del etiquetado para que cumpla los requisitos legales para estar en el mercado, registro de esos productos ante el Ministerio de Sanidad, y en ocasiones el cumplimiento de algunas legislaciones especiales como por ejemplo el cumplimiento de la etiqueta ecológica europea y los requisitos, ensayos y homologaciones que tienen que tener los productos que gozan de esa acreditación.
¿A qué tipo de empresas ofrecéis asesoramiento?
Atendemos a empresa de todo tipo. El 25% son grandes empresas, el 25% son micropymes, y el 50% son pymes. El servicio que prestamos depende del tipo de empresa. Para las grandes suele ser muy específico, como Ecolabel o un registro de un producto. En empresas de tamaño medio hacemos prácticamente todos nuestros servicios. Y en las más pequeñas nuestro servicio llega a ser integral, hacemos todo lo que un químico puede hacer por una empresa, e incluso a veces más allá, con el asesoramiento comercial para defenderse en el mundo complicado en el que se desarrollan.
¿Cuáles son las principales problemáticas que afrontan las pymes del sector químico?
El principal problema que afrontan es el cumplimento de la legislación. Por ejemplo, cuando quieres sacar un desinfectante, el plazo medio por el Ministerio es de entre dos y tres años, y para una pequeña empresa es mucho más grave que para una gran empresa. Le afecta mucho más a su balance y a sus oportunidades de crecer y participar en el mercado, a parte de que el coste después de los ensayos, las tasas de registro y la consultoría de registro lo tiene que pagar igual una empresa pequeña que una grande, cuando la grande le va a sacar millones de euros y una pequeña le va a sacar decenas de miles de euros.
El segundo gran problema es decidir qué productos se ponen en el mercado. Identificar su característica principal y trazar la línea que deben de seguir. Una cuestión estratégica que es muy complicada para las micropymes.
Por su parte, las empresas más grandes tienen otro tipo de problemas, como de personal, de declaraciones ambientales integradas, de almacenamiento, de gestión del talento, o financieros, más parecidos a los que pueden tener otras grandes empresas de otros sectores, con la particularidad de que se manejan productos químicos.
¿La obtención de certificados ecológicos tipo Ecolabel es una de las consultas más habituales?
Sí. Uno de los trabajos que más nos demandan es el Ecolabel. Somos los mayores especialistas de Europa, podemos decirlo sin miedo a equivocarnos. Hemos hecho más de 200 productos de todos lo ámbitos con etiqueta ecológica europea. Hacemos desde la formulación, los ensayos en nuestro laboratorio o en laboratorios autorizados, preparamos el expediente y acompañamos al cliente hasta su obtención. Es un producto prácticamente llave en mano que conlleva desde qué producto puede conseguir la etiqueta hasta su consecución y puesta en el mercado.
¿Qué evolución prevé para el sector?
El sector químico va a seguir creciendo. Lleva muchísimos años creciendo a un buen nivel, entre el 3% y el 8%. Es un sector muy fuerte en I+D. Todas las empresas gastan mucho dinero en innovar y sacar productos nuevos. El que no se adapta al mercado se queda desfasado por lo que la inversión en innovación es necesaria y la van a seguir cumpliendo. Y esto garantiza el crecimiento. Además, si tenemos en cuenta que los requisitos medio ambientales van a seguir aumentando, seguirá el crecimiento de las empresas de todos los tamaños. Aunque con la legislación actual crecerán más las mayores.
“La pandemia ha sido positiva para el sector. Ha hecho a las empresas más ágiles y moverse con los tiempos para no hundirse, sobre todo las pymes”
¿Cómo está afectando el impacto de la pandemia al sector?
En 2020, cuando se pensaba que todo estaría cerrado con la pandemia y sería muy complicado mantener las ventas, el sector ha sabido rediridigirse a la fabricación de desinfectantes. El Ministerio ha estado suficientemente ágil. El registro de desinfectantes ha pasado a tardar 4 o 6 meses, lo cual ha sido una revolución que ha permitido el acceso a los pequeños fabricantes y compensar su cifra de ventas.
En el año 21 se han mantenido muchas restricciones en los espacios públicos y ha bajado la venta de desinfectantes. A pesar de ello los beneficios se van a mantener. La pandemia ha sido positiva para el sector. Les ha hecho más ágiles y moverse con los tiempos para no hundirse. Sobre todo las pequeñas y medianas, que no estaban acostumbradas a ese dinamismo, se han dado cuenta de que es fundamental y les ha hecho mejores empresas. Han superado problemas como la falta de materias primas, elevación de precios, indisponibilidad de materiales, cambio absoluto de las necesidades del mercado, falta de medios donde anunciar sus productos, cierre de ferias donde conocer nuevos clientes... Todo eso les ha hecho mejores.
¿Cuál es su visión de ATQ para los próximos años?
Ahora está muy de moda buscar y definir el propósito de cada empresa en el ámbito de la gestión, pero el éxito de ATQ es que tenemos muy claro nuestro propósito desde hace 25 años: asesorar a empresas, ayudarlas a desenvolverse en un mundo tan complejo, con voluntad de servicio y de adecuar nuestro catálogo al sector y sus necesidades.
Ese es siempre nuestro propósito mucho más allá de cualquier otro. Después están otros propósitos como tener beneficios o tener una responsabilidad social corporativa en el ámbito cultural y musical, en la que ya estamos trabajando.
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