Fundador de las empresas de limpieza Servicios Extremeños, Palicrisa y Limpesa
En memoria de Sigifredo Ortega
El pasado 6 de enero, a los 93 años de edad, nos dejó Sigifredo Ortega Tarancón, un hombre carismático, emprendedor y trabajador infatigable que dejó una huella imborrable en el sector de la limpieza profesional a nivel nacional por su contribución a hacer de ésta, una actividad mejor, más profesional, pero también más humana.
Nacido en la localidad soriana de Alentisque en 1929, durante toda su biografía se mostró como una persona emprendedora, curiosa, creativa, infatigable. Ortega fue un emprendedor nato. Pero no solo de entidades y negocios, también de experiencias, aprendizajes y vivencias.
Pionero en el sector limpieza
El señor Ortega —Sigi para otros— se erigió como una figura brillante en muchas facetas de su vida. La empresa, la comunicación, la creatividad, la dirección de equipos, la familia… conformaron una buena parte de su universo personal y colectivo. En su momento, además, abrazó el sector limpieza con una mentalidad muy diferente a la de su época.
Tres de las empresas de su holding estuvieron orientadas, de hecho, a esta actividad:
• Servicios Extremeños: Limpieza de interiores y edificios.
• Palicrisa: Limpieza profesional y mantenimiento de zonas ajardinadas.
• Limpesa: Limpieza, creación y conservación de jardines.
Al estudiar su trayectoria resulta inevitable concluir que fue un visionario, también, en este ámbito. Se adelantó a su tiempo, ya que aplicó criterios empresariales y directivos inhabituales en nuestro sector. Dentro de él, y más concretamente en nuestra asociación, contamos personas que colaboraron estrechamente con Sigifredo Ortega en diferentes etapas de su vida.
Una de ellas es Lidia Rodila, gerente de la empresa de limpieza Rodila Plus, quien lo considera su mentor y un segundo padre: «No habría sido empresaria si el señor Ortega no se hubiera cruzado en mi camino. Fue la primera persona que me dijo: ‘Tienes talento. Puedes hacer con tu vida lo que quieras. No tengas miedo».
Sigifredo Ortega despertaba vocaciones directivas, emprendedoras y empresarias allí por dónde iba. Y eso que siempre se definió como un hombre de humildes orígenes. Le encantaba contarlo, como nos recuerda Borja Rivero, actual director de Fissa Valencia: «Cuántas veces le oí decir que era hijo de un guardia civil y de una campesina, o que había nacido en un pueblo soriano de menos de cincuenta habitantes. Y que con su ingenio, su imaginación y su capacidad de trabajo había logrado todo aquello».
Manuel Carnero pasó más de cuarenta años trabajando en Grupo Fissa. Su experiencia personal arroja información valiosa para perfilar a Sigifredo Ortega: «Bajo mi punto de vista, fue un guerrero incansable, nunca se daba por vencido ante ninguno de sus objetivos. Sabía sacar lo mejor de cada uno de sus directivos gracias a su particular “escuela de gladiadores”. ¡Su capacidad para acertar en la selección de personal rondaba el 90 %!».
En palabras de Lidia Rodila, «fue mi maestro en el sentido más amplio del término. Estoy segura: continuará brillando donde esté». Por último, también Borja Rivero subraya que «trabajar con él, entre sus 76 y sus 80 años, fue mi mejor máster. Siempre recuerdo una de sus afirmaciones más rotundas: ‘Hay que cabrearse con un mismo. Solo así se logra lo que los demás aseguran imposible’».
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