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Miércoles, 21 de Enero de 2015
Los aspiradores domésticos limitarán su potencia a 900 W a partir de septiembre de 2017
El pasado mes de septiembre entró en vigor una normativa europea a través de la cual se prohíbe comercializar aspiradores domésticos con una potencia superior a los 1.600 W. Dicha normativa prevé que este límite se sitúe en los 900 W a partir de septiembre de 2017.
Las aspiradoras en húmedo (o húmedo y seco), las robotizadas, las alimentadas solo con baterías, las enceradoras, las fabricadas para exteriores y las de uso industrial quedan excluidas de esta regulación. La actual normativa obliga a que las aspiradoras se comercialicen con etiqueta energética, como ya sucede con otros electrodomésticos como lavadoras o neveras.
Según datos de la Comisión Europea (CE), hasta la fecha el promedio actual de potencia de los aspiradores domésticos es de unos 1.800 W.
Más requisitos energéticos
La nueva normativa fija también otros requisitos que deben cumplir las aspiradoras de uso doméstico para garantizar una mejora de su eficiencia energética, como que consuman menos de 62 kWh al año, que la recogida de polvo en alfombra sea como mínimo de 0,70 y que ese grado de recogida en suelo de madera sea como mínimo de 0,95.
Esos límites se endurecerán a partir del 1 de septiembre de 2017. Desde esa fecha, el consumo de energía anual tendrá que ser inferior a 43 kWh/año; la recogida de polvo en alfombra deberá superar 0,75 y en suelo de madera tendrá que sobrepasar 0,98, y la potencia acústica no será superior a 80 decibelios.
Además, para 2017 se establecen dos exigencias para asegurar la durabilidad del aparato: la manguera deberá estar en condiciones óptimas de uso después de 40 000 oscilaciones en tensión y la vida útil del motor tendrá que superar las 500 horas.
El reglamento se revisará cada cinco años para tener en cuenta las novedades tecnológicas que puedan aparecer en el sector.
Nuevas etiquetas de eficiencia energética
La etiqueta de clasificación energética de los aspiradores domésticos establece una horquilla de valores entre la clase A (un consumo de menos de 850 W, el más eficiente), y la clase G, la que más vatios consume. Este etiquetado lleva, además, otra información valiosa para el consumidor: Consumo energético anual (calculado para una vivienda de 87 metros cuadrados y un uso de 50 veces al año); Re-emisión de polvo (con valores de la A a la G); Nivel de ruido (en decibelios ponderados); Recogida de polvo en moqueta (de la A a la G); y Recogida de polvo en suelos duros (de la A a la G).
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